domingo, 7 de mayo de 2017

Más sobre la guerra de los autobuses, el marxismo cultural y la (de)generación Twitter: (Apuntes sobre los límites de la libertad de expresión en el ámbito de la esfera pública de las democracias liberales” o “Repíteme eso y te parto la cara, hijoputa”, 3ª parte.)





Creencia
De creer.
1. f. Firme asentimiento y conformidad con algo.
2. f. Completo crédito que se presta a un hecho o noticia como seguros o ciertos.
3. f. Religión, doctrina.
4. f. desus. Mensaje o embajada.
5. f. desus. salva (‖ prueba que se hacía de la comida y bebida).


Declarar como culpables a personas que no están acusadas formalmente, ni investigadas, ni juzgadas, ni condenadas, es un acto de profesión de fe. Y, por lo que se ve, la pena dictada por este supuesto tribunal es someter a escarnio público a sus adversarios en un autobús como nuevo sambenito. ¿Es acaso Podemos un nuevo Santo Tribunal de la Inquisición? ¿No habíamos acordado que en un estado aconfesional las creencias se quedan en casa?




¿Quiénes son esos chicos de Podemos y por qué están diciendo cosas horribles acerca de mí?
Llama la atención algunas presencias y ausencias en el Tramabús. Por eso me pregunto, ¿existirá un auténtico criterio racional en la elección de estas personas? ¿Por qué, si son un partido tan republicano y supuestamente antimonárquico, no aparece Iñaki Urdangarín? ¿Acaso descubrieron que su admirada Suecia es una… monarquía?
Entre los por ahora inocentes hay cuatro políticos. Tres son del PP. Esto se entiende perfectamente. Haya o no haya una trama organizada de corrupción, ellos son el principal enemigo a batir. Los dos únicos presidentes del Gobierno que han tenido y una de las mujeres más destacadas de este partido. Dos conservadores y una muy declarada liberal. Pero lo que realmente podría chocar es la presencia de Felipe González. Y pensando sobre ello encuentro cuatro motivos:
1.    Fue el que le quitó al PSOE la losa del marxismo para tratar de acercarlo a una socialdemocracia homologable al resto de las europeas. Por esto sea anatema.
2.    Por la gran corrupción del PSOE en su última etapa que produjo un gran desencanto en la izquierda, y trajo lo que para ellos fue la oscura etapa de Aznar. Por esto sea anatema.
3.    Está la cuestión de las “puertas giratorias”, asunto muy complejo que quizás desarrolle en otro momento. En cualquier caso, igualmente, sea por esto anatema.
4.    Y lo que mencionan directamente en su página web: “El Estado de derecho también se defiende desde las alcantarillas.” Es curioso que esto sea motivo de escándalo para un partido en el que algunos de sus fundadores fueron asesores de un gobierno que ha convertido el Estado de derecho de su país en una completa alcantarilla. Tal vez vean más razonable defender el Estado de derecho desde un autobús (siempre que no sean otros lo que lo hagan). Pero realmente la cuestión es la maniquea relación que arrastramos desde el franquismo entre gran parte de la izquierda política y la lucha armada. Disculpa si te resulta egotista que me cite, pero en este caso me remito a lo que ya dije en La izquierda maquis y el nacionalismo excluyente: una apasionada relación sentimental[1]. Porque con el terrorismo, con todos los errores que pudo cometer, y que sin duda cometió, Felipe González actuó como un hombre de Estado. Y esto, desde la izquierda partisana, no puede entenderse.
También es curioso que incluyan a dos periodistas que han sido tremendamente rivales. ¿Insinuarán acaso que sus polémicas son falsas para ocultar sus corruptas afinidades?




La mujer del César…

"No basta que la mujer del César sea honesta; también tiene que parecerlo." Julio César según Plutarco en Vidas paralelas.

Pero desplacemos la mirada del exterior del autobús hacia sus ocupantes.
Desde un primer momento la formación política Podemos ha estado bajo sospecha por su financiación. Pero ¿qué sabemos objetivamente?
En el año 2013 Mahmoud Alizadeh, empresario iraní fundador de Hispan TV, sacaría a un treintañero profesor interino de la Complutense con ínfulas de comunicador, Pablo Iglesias, de una pequeña emisora local alternativa de escasos medios, Tele K, en la que presentaba un pequeño programa de escasa difusión, La Tuerka, y le ofreció poder emitir con más medios. Desde entonces han existido rumores sobre una supuesta financiación de la República Islámica de Irán a Podemos. Pero por ahora parece ser que todo sigue ahí.

Por otro lado, tenemos que el 11 de marzo de 2014 el Ministerio del Poder Popular de Economía, Finanzas y banca Pública de la República Bolivariana de Venezuela, a través del banco Euro Pacific Bank de San Vicente y las Granadinas, pagó 272.325 dólares a Pablo Iglesias en concepto de “Asesorías en el Desarrollo Social en el país”. Ante la publicación de esta transacción por Okdiario.com Pablo Iglesias les interpuso una demanda por una supuesta “intromisión ilegítima en el honor y la dignidad”. La demanda fue desestimada y Pablo Iglesias obligado a pagar las costas. Curiosamente el director de este diario, Eduardo Inda, es uno de los que aparece en el autobús sin estar actualmente condenado ni investigado por corrupción.
En el mismo autobús viaja dando lecciones de moral el reaparecido profesor Juan Carlos Monedero. ¿Esperará que hayamos olvidado su descuido al no declarar en 2013 los 425.150 euros que había cobrado a través de una sociedad instrumental creada posteriormente, por unos supuestos trabajos realizados tres años antes para una hipotética moneda única en eso que llaman “Latinoamérica”[2]? ¿Habrá olvidado las numerosas irregularidades en las que incurrió al hacerlo sin la autorización de la Universidad de la que es titular y no compartir el porcentaje que por ley le corresponde?[3] ¿Y por qué tardó tanto en mostrar la factura que supuestamente justificaba este pago y que mostraba además un desfase de 150€?[4]
No voy a extenderme con la rentabilidad que le sacó Ramón Espinar a su piso de protección oficial que compró gracias a un préstamo familiar. Préstamo que no tendría importancia si no resultara que es familiar directo de uno de los miembros de la casta de las tarjetas Black, que casualmente no aparece en el autobús. Tal vez esto sea algo que de alguna manera imprima carácter.
Ni me voy a detener en exceso en el pobre Íñigo Errejón, que ha caído en desgracia en el partido, por el que ahora aparece poco, como poco aparecía por la Universidad de Málaga que le pagaba una beca que parece ser que apenas se ganaba, mientras se ganaba un extra incompatible por ley asesorando a Podemos.
Ni en lo de Echenique y su cuidador, al que pagaba en negro…
Bueno, voy a parar, que voy a llenar un autobús. Que si sigo así va a parecer que estoy hablando de los miembros de una trama mafiosa corrupta que trata alcanzar el poder sin pagar impuestos y cobrando dineros públicos, hasta de países sospechosos, sin mucha justificación. Y no es eso, no, de ninguna manera. Los de Podemos vienen a salvarnos de todo eso. Ellos son… otra cosa.



El autobús de HazteOír, el Tramabús y la libertad de expresión.

"Los medios de comunicación, por lo menos una parte, tienen que tener mecanismos de control público." Conversación con Pablo Iglesias, libro-entrevista de Jacobo Rivero.

Me cuesta no ver discriminación por parte del Ayuntamiento de Madrid en el trato a ambos autobuses. Los motivos aducidos también tienen muy poca explicación. Para la inmovilización del bus de HazteOír se alegó inicialmente la ordenanza de publicidad. En su artículo 2, referido a “medios de expresión publicitaria no autorizada”, se indica que “se prohíbe la publicidad en cualquier tipo de vehículo o remolque, en circulación o estacionado, excepto la que se realice en los vehículos destinados al transporte público”. En ninguno de los dos había publicidad comercial, no se vendía nada. Los de HazteOír regalaban un libro, no lo vendían. Ver en aquello contenido “elegetebefóbico” (bendito palabro) o que “incitaba al odio” no ha quedado muy claro. De hecho, no lo vieron así ninguno de los juristas consultados por la agencia Europa Press[5]. Sin embargo el autobús fue multado hasta tres veces por el Ayuntamiento pese a los cambios que efectuaron atemperando su mensaje. Por otro lado, aceptaron el de Podemos (casualmente partido hermano del que gobierna en el Ayuntamiento) porque el Consistorio consideró que en este caso no se infringía la normativa municipal, porque no vendía productos ni tenía un fin lucrativo. Curiosamente en el acto de presentación del Tramabús, Podemos promocionó el libro de Rubén Juste, Ibex 35: Una historia herética del poder en España. Libro que sí se vendía.

¿Libertad, para qué?[6]

“—No hay libro tan malo —dijo el bachiller—, que no tenga algo bueno.”[7] Segunda parte de Don Quijote de la Mancha, capítulo III. Miguel de Cervantes.

No voy a decir que el diferente trato dado al autobús de HazteOír y al de Podemos sea prevaricación, de ninguna manera, pero tiene algo que no sé qué es que se le asemeja bastante. Lo que sí podría parecer con la estrategia del Tramabús es que Pablo Iglesias la presunción de inocencia le importa un comino, le importa un pimiento, le importa un huevo, le importa un rábano o le importa un pepino. O con otras fórmulas más directas según su magisterio: se la trae floja, se la suda, se la trae al fresco, se la pela, se la refanfinfla e, incluso, adaptándolo perfectamente a su estilo: se la bufa. Pero no, no voy a decir eso, no, creo que es algo mucho más propio de su condición de macho alfa de su manada. Con esto del autobús de la supuesta trama a mí me da la sensación de que Pablo Iglesias y sus secuaces, con tal de tratar de beneficiarse con ello para sus intereses de casta, se pasan la presunción de inocencia por el forro de los cojones. Y eso en democracia no es muy prudente.






 [6] Conclusión en la respuesta de Vladímir Ilich Uliánov, Lenin, al socialista español Fernando de los Ríos al preguntarle cuándo daría libertad a los ciudadanos rusos.
[7] Segunda parte de Don Quijote de la Mancha, capítulo III. Miguel de Cervantes. Se trata de una máxima que Plinio el Joven atribuye a su tío Plinio el Viejo; llegó a ser un lugar común en el Renacimiento.

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