sábado, 6 de mayo de 2017

La guerra de los autobuses, el marxismo cultural y la (de)generación Twitter: ("Apuntes sobre los límites de la libertad de expresión en el ámbito de la esfera pública de las democracias liberales” o “Repíteme eso y te parto la cara, hijoputa”,2ª parte.)


“Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en un juicio público en el que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias a su defensa.” Artículo 11 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.


Como no tengo exigencias de plazos de entrega, y dispongo de la libertad formal que me brinda ser un paria social, dos valores que no son frecuentes en la prensa escrita[1], antes de meterme en la cuestión mollar de este asunto (el origen de la transexualidad) voy a hacer una digresión sobre el medio físico con el que se inició esta polémica. Aunque, por mi ritmo, todo esto ya se encuentre en la segunda fase de un suceso que ha sido noticia[2].

Bus Wars.
La guerra de los autobuses empezó hace algo menos de una década. El 20 de junio de 2008, la escritora y humorista británica Ariane Sherine publicó un artículo[3] relacionado con una campaña que una web cristiana evangélica, JesusSaid.org, mantenía en los laterales de los autobuses de Londres. En el texto Sherine abría una colecta que recaudaría fondos para iniciar una contracampaña atea. El lema sería: "Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y sigue adelante con tu vida.[4]" En los meses siguientes esta campaña se extendería de forma viral por varios países de Occidente. Por las características propias del país crearía una especial polémica en Italia. Y al llegar a España también tuvo una respuesta. Tanto evangélicos como católicos respondieron.
Hasta ahí todo bien. Acción, reacción, igual y contraria en sentido opuesto: nada que objetar.




El BassiBus.

Con menor repercusión internacional, pero no con menor ánimo de polémica habría que recordar que el bufón Leo Bassi, con un concepto más cercano al del bus turístico, llevó a cabo desde 2004 un espectáculo itinerante que denominó BassiBus, desde el que denunciaba corrupciones eminentemente urbanísticas. 
Posiblemente el recorrido que tuvo más difusión fue el que realizó en Madrid en el año 2011.




Desde 2008 HazteOír.org ha retomado la idea del autobús activista en al menos dos ocasiones más. Tanto en las elecciones de 2015 contra la candidatura de Cristina Cifuentes, como ahora en respuesta a la campaña de la asociación Chrysallis en la que tendría también una respuesta por parte de un programa de televisión. Esta organización también exportaría su autobús a Estados Unidos[5] generando también una cierta polémica.



Durante 2016 y parte de 2017, con motivo del referéndum del llamado Brexit, en el Reino Unido también se desata una pequeña guerra de autobuses. Los partidarios de la salida crearon un autobús en el que exageraban la cifra de lo que les costaba pertenecer a la Unión Europea. Aprovechando que estaba aparcado frente al palacio de Westminster los activistas de Greenpeace lo sobrerrotularon, permitiendo que en el espacio blanco de las grandes letras los ciudadanos pegaran preguntas sobre lo que esto les supondría. Pero esto es otra historia.

Posteriormente, ya de forma oficial, nos enviarían un autobús explicativo de lo que esperan que pase.


La “busploitation”.

“…los fascistas se dividen en dos categorías: los fascistas y los antifascistas.”[6] Ennio Flaiano.

El 17 de abril de 2017, justo 49 días después de la presentación del autobús de HazteOír, Pablo Iglesias con algunos miembros de la formación política Podemos se reapropia la idea y crea el Tramabús. Aunque la acción parece que no es bien recibida entre todos los miembros de la agrupación[7]. En cualquier caso esta campaña no tiene una respuesta callejera contraria con la misma virulencia que la del autobús naranja, una vez más actúa la bula social del marxismo cooltural. Su impacto se limita más bien a Twitter, la gran barra de bar contemporánea, y demás medios de comunicación tradicionales y digitales.
En una primera vista el autobús de Podemos, en relación con la libertad de expresión, presenta varias aristas difíciles de limar. Si me limito a lo que aparece en el autobús (de la misma forma que he hecho con el de HazteOír) leo un texto en mayúsculas y sin puntos que dice lo siguiente:

UN VASO ES UN VASO
UN PLATO ES UN PLATO
UNA MAFIA ES UNA MAFIA
LA TRAMA CORRUPTA SE MANTIENE EN EL PODER
RECORTANDO NUESTRO DERECHOS Y SAQUEANDO NUESTRO PAÍS



Tomo aire y prosigo. ¿Mafia? ¿Trama corrupta que saquea?[8] Mejor recuerdo los significados exactos de esas palabras según el diccionario de la RAE.

Mafia
Del it. mafia.
1. f. Organización criminal y secreta de origen siciliano.
2. f. Cualquier organización clandestina de criminales.
3. f. despect. Grupo organizado que trata de defender sus intereses sin demasiados escrúpulos. La mafia del petróleo.
4. f. P. Rico. Engaño, trampa, ardid.

Trama
Del lat. trama.
1. f. Conjunto de hilos que, cruzados y enlazados con los de la urdimbre, forman una tela.
2. f. Especie de seda para tramar.
3. f. Artificio, dolo, confabulación con que se perjudica a alguien.
4. f. Disposición interna, contextura, ligazón entre las partes de un asunto u otra cosa, y en especial el enredo de una obra dramática o novelesca.
5. f. Florecimiento y flor de los árboles, especialmente del olivo.
Corrupto, ta
Del lat. corruptus.
1. adj. Que se deja o ha dejado sobornar, pervertir o viciar. U. t. c. s.
2. adj. desus. Dañado, perverso, torcido.
Saquear
De saco y -ear.
1. tr. Dicho de los soldados: Apoderarse violentamente de lo que hallan en un lugar.
2. tr. Entrar en una plaza o lugar robando cuanto se halla.
3. tr. Apoderarse de todo o la mayor parte de aquello que hay o se guarda en algún sitio.


Acusados sin causa.

“Nosotros decidimos quién es judío y quién no.”
Frase atribuida a Joseph Goebbels[9].

Las imputaciones que se exponen en el autobús no son ligeras. Pero, ¿son ciertas?
Se eligieron a trece personas, el mismo número de personas que estaban en la Última Cena. No respetaron la paridad de sexos, sólo aparece una mujer. Y, de los que aparecieron inicialmente en los laterales, sólo tres tienen sentencia firme por delitos relacionados con la corrupción. Otros cinco sólo están siendo investigados (cuando salió el bus eran cuatro, Villar Mir se sumaría pasada una semana). Uno de los imputados, Jordi Pujol, ha reconocido abiertamente haber cometido fraude fiscal. En cualquier caso, los sentenciados ya están cumpliendo su condena. Y los investigados están ejerciendo su legítimo derecho a la defensa. Por más que estemos convencidos de su culpabilidad, sin sentencia firme tienen derecho a la presunción de inocencia. Así está establecido en nuestro sistema jurídico y en todas las democracias liberales. Y más aún los otros seis, que ninguno tiene pendiente proceso alguno por esta clase de delitos.
En la Declaración Universal de los Derechos Humanos se proclama la presunción de inocencia para personas sobre las que pesa alguna acusación. Pero ¿qué pasa si ni siquiera estás acusado formalmente de nada y se te expone públicamente como si lo estuvieras, mezclándote entre imputados y condenados? ¿Tienen acaso los de Podemos alguna prueba de que sin estar ni siquiera acusados estás personas pertenecen realmente a una mafia? Y si la tienen, ¿por qué no hacen una denuncia oficial por los canales legalmente establecidos? Y si no tienen pruebas ni lo denuncia porque no las tienen, si sólo son suposiciones, ¿no podría ser esto una injuria o difamación colectiva? De hecho, ¿tienen pruebas que los que están condenados con sentencia firme hayan actuado de forma coordinada en la comisión de estos delitos? ¿O es que no estamos viviendo en un Estado de derecho en el que está vigente la presunción de inocencia? ¿O es que los que han creado este autobús, en un inesperado giro del principio jurídico, piensan que ellos tienen la autoridad moral de designar a personas como culpables mientras no se demuestre lo contrario? ¿Es que acaso tendríamos que temer que si alcanzasen el poder ellos determinarían quién es corrupto y quién no lo es sin previo juicio? ¿Están los de Podemos en la misma línea de Goebbels cuando afirmaba que ellos decidían quiénes eran judíos y quienes no?
*** 
Espero que no sea así, porque esto sería muy peligroso.




[1] Los valores son la libertad de entrega y la de expresión, lo de ser un paria social, en algunos casos, sí es compartido.
[2] Primera fase: el hecho es noticia, despierta un interés general. Segunda fase: todo el mundo da su opinión con o sin fundamento, hasta que pasa de moda. Tercera fase: se convierte en algo pasado, puede incluso olvidarse, sólo despierta interés al que estudia el fenómeno. La primera fase se llama periodismo, la tercera es historia. La segunda es la que no tiene nombre, la que a nadie le interesa, la perdición de los hombres, la que miente cuando besa. Ya lo sabes. Yo soy… esa.
[4] "There's probably no God. Now stop worrying and get on with your life."
[5] http://www.eldiario.es/sociedad/Hazte-Oir-transfobo-Nueva-York_0_625387760.html
[6] “In Italia i fascisti si dividono in due categorie: i fascisti e gli antifascisti.” Frase, eliminando la limitación geográfica, atribuida frecuentemente a Oriana Fallaci, pero que en realidad es de Enio Flaiano, aunque ella la popularizó al citarla en su libro La rabia y el orgullo.
[7] http://www.elplural.com/politica/2017/04/18/los-errejonistas-avergonzados-por-el-tramabus-de-iglesias
[8] Lo de “recortar derechos” lo dejo para otra serie de artículos, porque hacerlo ahora sería ya un exceso.
[9]  El director de cine Fritz Lang contaba que recibió una oferta de Joseph Goebbels, ministro del Reich para la Ilustración Pública y Propaganda, que le convertiría en el cineasta oficial del régimen, al tratar de excusarse aludiendo a un cierto origen judío por parte de madre, éste le contestó: “Nosotros decidimos quienes son arios.”  https://youtu.be/D9AqC19EKjE

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